miércoles, 10 de abril de 2013

CUENTO DE "LA CENICIENTA" CON FINAL DISTINTO


LA CENICIENTA
Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijas a cual más fea. Era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta.
Un día el Rey de aquel país anunció que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jóvenes casaderas del reino.
- Tú, Cenicienta no irás al baile. -dijo la madrastra. - te quedarás fregando los platos y barriendo el suelo.-
Llegó el día del baile y Cenicienta triste porque ella no podía ir vio partir a sus hermanastras hacia el Palacio Real. Cuando se encontró sola en la cocina dijo:
- ¿Por qué seré tan desgraciada?
Y de repente empezó a brillar en la esquina de la cocina y apareció un Hada Madrina y le dijo a Cenicienta:
- No te preocupes. Tú también podrás ir al baile, pero con la condición de que a las doce de la noche estés de vuelta a casa. Cenicienta asintió con la cabeza, y el hada empezó a sacudir su barita, salían unos polvitos mágicos de ella que cuando éstos rozaron a Cenicienta, apareció una hermosa niña. El Hada Madrina con su barita había conseguido vestirla como una princesa. Cenicienta estaba emocionada y se puso a correr a Palacio
Cuando la Cenicienta entró en la sala de baile, el Príncipe quedó tan sorprendido de la belleza que mostraba Cenicienta que bailó con ella toda la noche. Sus hermanastras no la reconocieron y se preguntaban quién sería aquella joven.
En medio de tanta felicidad Cenicienta oyó sonar en el reloj de Palacio eran las doce.
-¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! –dijo.
Cenicienta se puso a correr hacia la entrada para poder llegar a tiempo a casa. Cuando salió por esa puerta inmensa y elegante de Palacio se le cayó uno de sus zapatos de cristal, ella se dio cuenta pero no retrocedió a recogerlo porque no quería defraudar a su Hada Madrina. Ella tenía que cumplir su promesa de llegar a casa antes de las 12.
El Príncipe no entendía porque ella había salido corriendo de esa forma. y cuando llegó  la entrada de Palacio, la Cenicienta no estaba, pero encontró el zapato de cristal en la escalera.
Después de unos días, el Príncipe seguía pensado en aquella hermosa joven y pensando en como se llamaría esa pequeña princesita. De repente se le ocurrió una idea, y se la informó al Rey, su padre. Ambos se pusieron a buscarla por toda la comarca, iban e casa en casa, y cada mujer en cada casa se tenía que probar ese zapato de cristal, para que el Príncipe pudiera averiguar de alguna manera quien era esa joven.
Al llegar el Príncipe a la casa de la Cenicienta, la madrastra escondió rápidamente a Cenicienta sin decirle el motivo por el cual la estaba escondiendo. La Cenicienta sin saber el motivo se quedó en el mismo sitio quieta y sin hacer ruido.
Empezaron las hermanastras probándose el zapatito, pero a ninguna de las dos le cabía ese zapato. Después se probó el zapato la madrastra, y de repente cuando se lo puso, el zapato encajó en su pie. ¡ESE ZAPATO DE CRISTAL PERTENECÍA A LA MADRASTRA!
El príncipe un poco sorprendido porque la belleza de aquella mujer no se parecía a la de la joven de aquella noche, sonrió y le pidió que se casara con él, ya que él el día del baile ya se había enamorado de aquella chica y no dudó ni un segundo en que era ella la princesa que decía estar a su lado para el resto de su vida.

22 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Respuestas
    1. juistesniñocomo yo

      sagvgxb bavgvgvasgtavahga gavsytasvagsasagshasvagsvahfvhjqvqgvqtgscadsfvgsdrqaysfagsafsnavsahbagvbagfhzy<c

      Eliminar
  3. Que como tráigame a min yoongi para meeee

    ResponderEliminar
  4. Muy bonito gracias me va a servir

    😊😊😊😊😊😊

    ResponderEliminar